Lo que nadie ve

Cubertería del Mesón El Drago © Jordi Verdés Padrón

Como seres humanos tendemos a dar por sentado las cosas. No lo hacemos de forma consciente, pues omitimos muchos detalles que, al no ver o estar fuera de nuestro trabajo o vida cotidiana, no los tenemos en cuenta. Los dejamos de apreciar o, mejor dicho, no damos la importancia o el valor que se merecen. Cualquier profesional que esté leyendo estas letras entenderá a la perfección a lo que me refiero. Incluso, si lo llevamos a un terreno más cotidiano, del día a día, nos daremos cuenta de que olvidamos dar el valor que tiene una tarea tan habitual como pueda ser que otros cocinen para nosotros todos los días. La persona que tiene esta tarea se vuelve loca literalmente, pues quiere ofrecernos una dieta lo más equilibrada posible a la vez de no querer ser repetitivos con los ingredientes o platillos a elaborar todas las semanas. Esto que puede ser algo muy banal, se llena de sentido una vez que nos falta. Cuando de repente tomamos ese testigo y nos toca a nosotros cocinar para otros.

Cuando realizamos un evento o catering, no sólo es cocinar. Detrás de un evento, hay un ejército de trabajadores que al igual que una colonia de hormigas, trabajan al unísono para que todo esté a punto en un evento. Es un gran esfuerzo no solo por las energías consumidas, también por el valor que aporta tener a profesionales dedicados en cuerpo y alma en labores que nadie ve, y que sin ellas el evento no saldría adelante.

El equipo de sala es fundamental, ellos son los responsables de tener todo listo antes de que lleguen los invitados del cliente. Todas las comodidades tienen que estar a su alcance. No hablo sólo de una buena copa de vino o la cervecita bien fría entre otros, sino aquellos detalles que no se ven hasta que te hacen falta, como un palillo/mondadientes, una toallita de limpieza textil o un kit de costura. Más de una vez he tenido que arreglar el vuelto de un traje de novia o el botón de la camisa del novio, entre otros. Son detalles que, como profesional debo de tener en cuenta, no dejarlos atrás, para poder dar un servicio diferenciado y único.

Algunos datos curiosos de un evento que quizás no conocías.

  • Organización. Se necesita cuatro días de trabajos previos para la organización de materiales de sala. Como mencioné antes, no solo son los materiales básicos (mesas, lencería, sillas, cubertería, cristalería, vajilla) cada evento tiene sus propias características. A esto hay que sumarle los «Kits». Son aquellas cosas minúsculas que parecen «peccata minuta», aunque son esenciales, por ejemplo, los llamados «Convoy de sala» que son una pequeña equipación de diferentes útiles que puedan necesitar los clientes, estos se tienen fuera del alcance del cliente en un aparador o gueridón de sala, donde no pueden faltar:  botella de aceite y vinagre, salero y pimentero, kit de palillos, salsas clásicas (mostaza, Worcester, Perrins, menta, tabasco).
  • Uniformes. El que todo el equipo de sala esté diligentemente vestido es algo fundamental. No sólo hablamos de camisa de gala, hablamos de sacacorchos, pinzas, litos o paño de algodón para el servicio, litos para repaso de material, líquido de repasar. Otros como pajarita o corbata, mandil o delantal e incluso calcetines. No se imaginan la de veces que, por despiste o hábito, me han llegado con calcetines blancos justo el día que tienen que ir todos vestidos de negro integral.
  • Repaso de materiales. Todos los materiales del evento que serán utilizados por los invitados serán pulcramente repasados. Todo es repasado. Vasos de agua y sobremesa, copas vino, coctelería o combinados, platos trincheros, platos de postre, platos de pan, el servicio de café e infusiones, toda la cubertería a utilizar incluidas las cucharillas de café, cubiteras, pinzas y alguna cosita que seguro que me dejo atrás. Si no me creen, hablen con Jaquelín Rivero, nuestra metre, seguro que me quedo corta.

Hablando de repasar o pulir. ¿Saben cuantos cubiertos se pueden llegar a repasar en un evento de 80 invitados? Teniendo en cuenta de que se trate de un evento tradicional con cóctel y menú de cuatro platos, y que se realiza con un servicio de sala a la americana, pues son un total de 10 cubiertos estimados por comensal, lo que equivale a unos 800 cubiertos, si contamos con los cubiertos que se han de llevar de más, se pueden llegar a pulir o repasar más de 1.000 piezas.

Hay miles de detalles más que no me da tiempo a mencionar, les debo una segunda e incluso una tercera parte. Lo importante es valorar el trabajo que hay detrás de cosas que pasan desapercibidas, esas que nadie ve, como pueda ser un simple repaso de cubiertos o materiales.

Priscila Gamonal

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